Seleccioné la Égida del Policía para realizar mi labor comunitaria por diferentes razones. La primera es porque me gustan los envejecientes, no sé porque razón me inspiran ternura. Siento que podría pasar largas horas escuchando sus historias. Segundo porque de esa manera estoy con nuestros envejecientes, los puedo tratar de entender y conocer mejor y así dar un poco de mí a tan olvidada población. Un suceso de mi vida que recuerdo y que me inspiró a realizar este apostolado sucedió unos años atrás. Me encontraba yo cerca de la torre de la UPR en Río Piedras, estaba allí esperando a mi hermana Laura. En lo que esperaba llegó una guagua llena de personas mayores, lo mas probable es que la mayoría de ellos tendría mas de 62 años y venían de paseo. En el momento que se bajaban de la guagua había a mi lado un muchacho y quiso parecer chistoso y me dijo:"!Ea rayo! se han bajado de esa guagua como veinte siglos". Lo dijo de manera despectiva y no me pude aguantar y le dije:"Joven eres y viejo serás y de la misma manera que tú trates te trataran". Entonces comprendí con amargura que la mayoría de los jóvenes no les gustan los envejecientes y los miran con fastidio. Yo pienso que Dios en su infinita misericordia permitió que el cabello del hombre se torne blanco no importa la raza para que así logre alcanzar la grandeza de las nubes que es lo más cerca que esta del cielo.
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