En la Fondita de
Jesús trabajé en dos áreas: la Boutique y
en la cocina. En la Boutique estaba encargada de doblar, organizar y
clasificar la ropa. Diariamente le entregaba una muda de ropa a cada
deambulante, ya que a ellos iba dirigido mi trabajo voluntario, le entregaba
una camisa, un pantalón, ropa interior y zapatos si estaban disponibles. En la
cocina picaba los postres y los ponía en las bandejas, preparaba el jugo y
servía las bandejas a las personas sin hogar. Finalmente fregaba las bandejas. Las
dificultades que tuve en mi labor voluntaria fue en el área de la tiendita
porque a veces había de los mismos deambulantes personas un poco difíciles que
protestaban porque querían ropa y zapatos de marca, esto me incomodaba un poco
porque ví que algunos no agradecían lo que se les daba, otros en el área del
comedor se quejaban de que no les gustaba la sopa o que se les servía muy poco
postre, otra dificultad que tuve fue que como soy menor de edad tenía que estar acompañada
por un adulto en el centro, por esta razón mi hermana Laura Yolanda Torres Cruz me acompañó
realizar mi labor comunitaria. La satisfacción que me produjo mi labor
comunitaria fue sentirme útil al servicio de los demás, el ver que con mi
trabajo podía aportar un granito de arena para que la Fondita de Jesús continúe
brindado sus servicios a mis hermanos sin hogar. Este trabajo comunitario me
sirvió para perderles el miedo a las personas sin hogar y comprender y entender
que en todas partes del mundo hay seres extraordinarios.
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